Una sonrisa en cada baño

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octubre 12, 2017 3 Tiempo de lectura

Hola familia Tubbies, soy Patty mamá de dos pequeñitos; el precioso André, de cinco años y la princesa Sofi, de casi dos. Estoy enamorada de mi faceta como mamá y me encanta compartir mis aprendizajes con los peques en casa, por lo que me encanta ser parte de este blog para hablar de algo que nos angustia cuando somos mamás primerizas, ¿cómo bañar a mi hijo o hija y cómo lograr que este momento del día sea algo padre para todos en casa?

El primer baño de mi bebé fue muy complicado. No tienes idea si el agua está suficientemente fría o caliente, sientes que el bebé se te va a caer, piensas que la va a pasar mal… Para mi buena suerte, mi mamá estaba ahí para ayudarme y mi chiquito amó el agua. Desde entonces, el baño se volvió uno de nuestros momentos favoritos del día.

Establecimos una rutina donde después del baño seguía la lechita de la noche y después se iba a dormir, ¡fue de las mejores ideas! En mi experiencia, seguir una rutina casi desde el día uno, tratando de cumplirla lo más posible, es de las cosas que nos ha ayudado a mantener cierta paz por las noches en la casa.
Conforme mi hijo fue creciendo, compramos una tina más grande, donde cupiera sentado, también muchos juguetitos para el baño como patitos y otros animalitos de hule. De sus favoritos era un cuento especial para el agua que trata de un pato que explora la granja.


Mantuvimos la rutina y después de bañarse le tocaba cenar y de ahí a la cama. Recuerdo alguna vez que quisimos bañarlo en la regadera y se enojó muchísimo, no le gustó nada mojarse por todos lados, sobre todo la cara, lloró y estuvo enojado conmigo por haberlo hecho sufrir esa experiencia.

Cuando me embaracé de mi segundo bebé, se me fue complicando la hora del baño de mi hijo mayor. Llenar la tina era un problema y agacharme se dificultaba con la panza. Mi esposo me ayudaba mucho. También se nos complicó porque el bebé se había convertido en un niño travieso: le sigue encantando bañarse, pero el proceso de llegar hasta la tina nos cuesta muchísimo trabajo y a veces hasta nos vemos envueltos en persecuciones por toda la casa, con las pompas del niño de fuera.

El primer baño de mi hija fue diferente, aunque también tuvo sus complicaciones: decidimos dividirnos para ser más fuertes y cada uno, papá y mamá, bañábamos a un pequeño. El mayor ya no cabía en la tina que teníamos y entonces una amiga nos recomendó Tubbies. Nos pareció una magnífica idea y todos los días sé que tomamos la mejor decisión. Nuestros hijos gozan muchísimo la hora del baño, aparte, ahora la disfrutan juntos pues los dos caben en la tina y juegan y se divierten. Llenarla es muy fácil y ahorramos mucha agua, ¡sólo tenemos que llenarla una vez y con muy poca! También el esfuerzo es menor, porque, ya sea yo o mi esposo, podemos bañar a los dos niños. Adquirimos además de los juguetes que ya teníamos, algunos crayones para pintar en la tina y aparte de la hora de la limpieza es también la hora del arte acuático.



Aunque nos sigue costando un poco convencer al más grande de que ya es hora de bañarse, hemos encontrado métodos para que nos sea más fácil, por ejemplo, una canción que justo trata de la hora de bañarse. Además, le encanta encargarse de ayudar con su hermanita y a veces, con mucho cuidado, él le lava el pelo o la entretiene con burbujas de jabón.

Por supuesto, no hemos dejado de lado la parte de la rutina y después del baño bajamos el ritmo, vemos alguna caricatura juntos, ellos cenan y después se van a dormir, eso nos da oportunidad a mi esposo y a mí de disfrutar de un ratito para ver alguna serie o película en la tele y pasar un rato juntos. Si no lo hiciéramos así, seguro viviríamos en una casa de locos. Por eso, mi recomendación para otras mamás es que establezcan esa rutina y que, si tienen la oportunidad, compren una tina Tubbies, les aseguro que no se arrepentirán.

 

Ésta es la canción de la hora del baño con la que mis hijos acceden muy fácil a ir a bañarse. Se las comparto por si también necesitan de alguna estrategia para convencer a sus pequeños de ir a la tina.

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