febrero 08, 2018 3 Tiempo de lectura

En algún momento de la paternidad, sobre todo cuando somos primerizos, nos asalta la duda: ¿mi hijo está creciendo bien?, ¿entra en los rangos de talla y peso para su edad?, ¿qué hago si no pasa esto? Las tablas de crecimiento pueden resultar muy útiles pero también pueden generar estrés en los padres cuando los hijos no entran en ellas.


En mi caso, mi hija Estefanía siempre está en los límites, pero ¿qué puedo esperar si yo soy una persona de baja estatura y muy delgada y su papá también? A veces vemos padres chaparritos con hijos súper altos y resulta muy difícil de entender, pero seguramente en su genética hay alguien de gran tamaño.



Muchas cosas influyen en el desarrollo de los hijos:

  • La herencia de los padres y abuelos (recuerden que la genética de los abuelos es súper importante, hay rasgos distintivos que saltan una generación y por eso vemos nietos y abuelos con ojos de colores claros o cabellos pelirrojos cuando los padres no tienen esas cualidades).
  • El tipo de alimentación.
  • El ambiente en el que crecen y si practican alguna actividad física.


Seguramente habrán oído la tan popular palabra "percentil", pero siendo cien por ciento honestos, ¿quién la entiende? Hasta su definición en Wikipedia es súper complicada: "es una medida de posición usada en estadística que indica, una vez ordenados los datos de menor a mayor, el valor de la variable por debajo del cual se encuentra un porcentaje dado de observaciones en un grupo".

Tratando de ser más claros, supongamos que hay una muestra de 100 niños, si tu hijo se encuentra en el percentil 20 quiere decir que está en un rango de 20% de niños que pesan y miden lo mismo que él. Se podría decir que el ideal es estar en el percentil 50, en la media de talla y peso.



En el caso de estas estadísticas es mejor considerar la curva de crecimiento. Por ejemplo, mi hija siempre ha estado entre el percentil 25 y 30, es decir, sólo 25 o 30% de los niños son de su tamaño y su peso, es pequeña. Pero siempre se ha mantenido en esa curva de crecimiento, es decir, para su propio rango ha sido constante y eso es lo que para mí es importante. Los pediatras usan estos números tan rebuscados para detectar anomalías en el crecimiento, es decir, si tu hijo o hija baja del percentil 60 al 30, hay algún problema.

Procurar su crecimiento


Como padres nuestra tarea es darles a nuestros hijos todo lo necesario para que se desarrollen y crezcan oportunamente: alimentarlos sanamente, estimularlos y, ya una vez más grandes, incitarlos a que practiquen algún deporte. Desde hace ya casi un año mi hija va al ballet, uno especial para niñas pequeñas, y podría casi asegurar que son sus horas favoritas de la semana. Hacer deporte nos hace sentir bien y propicia a nuestros cuerpos a seguir creciendo. Mi mejor amiga y yo siempre fuimos del mismo tamaño durante la primaria, hasta que ella entró a clases de natación y gracias a ello, es casi diez centímetros más alta que yo.

Aquí les dejo un link para las tablas de crecimiento de la OMS:

http://www.who.int/childgrowth/standards/es/, pero les recuerdo, toda esta información varía muchísimo: un niño mexicano jamás va a crecer igual que uno danés o uno vietnamita. Así que siempre tomen en cuenta todos estos detalles antes de preocuparse y tengan siempre en mente que papá y mamá son los primeros en darse cuenta cuando algo no marcha bien en el crecimiento de sus hijos.



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